Otras formas de conseguir una empanada para psicólogos post- modernos
Método Ericksoniano:
Mire fíjamente al almacenero a los ojos y con voz suave y cálida “utilice” sus respuestas no verbales para ir acentuando su relajación y el trance en curso, sugiérale sin imponerle, que cierre los ojos ( o bien los mantenga abiertos para dormirse) y luego incorpore usted paulatinamente la empanada al discurso y también el desplazamiento de ésta en el bolsillo de su parka como parte del trance hipnótico, finalmente induzca (puede ser a través de una metáfora) en el almacenero la idea de cómo esa empanada en su bolsillo es parte de la solución de su problema (del almacenero obviamente). Retírese lentamente del local dejando instalado en su inconciente su próxima visita a su local como parte del tratamiento. Si es decubierta la estratagema, entréguele la empanada señalando que él puede elegir entre entregársela ahora o en la siguiente visita.
Método sistémico – estratégico: (relacionado con el anterior)
Luego de haber desarrollado un buen vínculo terapéutico con el almacenero y su familia y haber definido en conjunto “cómo esa empanada que no se puede vender, es el problema del sistema familiar” (si esta afirmación es aceptada por el almacenero , la empanada de seguro será suya) luego asígnele la tarea paradojal de que cuando usted se la pida él deba negársela rotundamente, lo más probable es que se la regale. Si esto no funciona asígnele la tarea inversa (que se la regale ). Si esto tampoco funciona, cóbrele sus honorarios por la terapia, así él deberá decidir qué es lo más conveniente y de una u otra forma usted tendrá la empanada o la plata para comprársela, lo que de todas maneras ha resuelto el problema (del almacenero por supuesto). Si nada de esto funciona y le niega la empanada, o bien se niega a pagar algún honorario, retire su vista de la empanada y felicítelo por ser tan inteligente, luego- tragando saliva- despídase amablemente. Si nada de todo lo propuesto le resulta, vaya donde un psicoanalista y sométase a diez años de psicoanálisis por gil. No aprenderá a conseguir empanadas pero hará concientes cosas que usted no espera.
Método Reichiano:
Pídale al almacenero que se agache, si él se pone nervioso y le pregunta para qué, dígale que la energía fluye mejor en esa posición, luego póngale una mano en la nuca y la otra en el coxis. Si se vuelve a angustiar dígale que eso indica que ya empezó a descargar energía, que eso es normal y bueno para la salud y explíquele eso del orgone que fluye por el universo liberando el deseo que el capitalismo reprime para mantener la estructura social que permite la explotación del hombre por el hombre. Si aún así sigue haciendo preguntas dígale que no se defienda tanto y que corte el hueveo. Empújelo suavemente hasta desestabilizarlo, cuando empiece a temblar y llorar es el momento de tomar la empanada porque él estará tan preocupado de descargar energía que la empanada ya no será parte de su subjetividad. Si vomita, pídale que él mismo limpie, eso le puede dar tiempo a usted de tomar otra empanada. Si él le pide alguna otra explicación, despídase... los significados que él atribuya a lo ocurrido no interesan porque lo realmente importante es la descarga de orgone y sus empanadas.
Método Rogeriano
Salude al almacenero y espere que él le diga algo. Cualquiera sea el tema que el tendero aborde usted reflejará su comentario ( “... o sea, lo que usted dice es que..... “parece que usted siente que...”; etc ). Si no llega al tema de la empanada por su cuenta usted será muy auténtico y autorevelará al tendero, cálidamente, respetuosa y empáticamente, su necesidad de una empanada . Si él se niega, usted mostrará el desacuerdo entre ambos sin imponer nada hasta que salga del propio tendero la oferta de una empanada Si esto no ocurre nunca, confíe en la capacidad de crecimiento de los seres humanos, algún día puede regalarle la empanada incluso tal vez a otro necesitado. Entonces usted se contactará con sus emociones y si gusta llora a la salida de la tienda. Es verdad que no consiguió la empanada pero le ayudó al tendero a autorealizarse.
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